Bahía de Ha Long (Vietnam), un paisaje de la Unesco
Dos semanas en Hanói sudando la gota gorda dieron paso a una en Sapa con calefacción en el hotel. Fue bonito reencontrarse con el frescor de la montaña y las noches de chaqueta, bufanda y guantes, pero ya necesitaba un poco de calorcito: el que me esperaba en la bahía de Ha Long, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Entré en el segundo bus-cama vietnamita de mi vida con toda la ropa de abrigo de mi equipaje. Nunca supe si era para evitar el olor a sudor de los pasajeros, pero en este tipo de buses te congelas vivo. La compañía lo intenta solventar dejando en cada cama una manta, pero nunca fui muy amiga de las mantas comunales que nunca se lavan.
El día amaneció entrando en Hai Phong, ciudad portuaria e industrial y escenario del denominado “incidente de Hai Phong”, que tuvo como consecuencia la Primera Guerra de Indochina contra Francia. Seguíamos en ese bus-cama a -20ºC y, entonces, abrió sus puertas, por fin, ya en Ha Long, con un calor abrasador que me acompañaría los próximos 3 meses en Vietnam.

Dónde alojarse en Ha Long
Es difícil establecer un centro en Ha Long, porque lo cierto es que me pareció una ciudad un tanto desangelada y sin orden ni concierto. Hace unos días el tifón Yagi había entrado en Vietnam por esta bahía y, de hecho, todavía se podían ver algunos signos de su paso: postes de electricidad tronchados, árboles caídos y múltiples ventanas rotas en algunos de los hoteles de playa. Quizás esa fue la razón de que no hubiera mucho turismo.
Era muy temprano cuando llegamos al alojamiento, en un barrio con poco o nada de atractivo. Como muchos hoteles vietnamitas, este estaba regentado por una familia sin ningún conocimiento de inglés y, por ello, podían parecer algo ariscos en un principio. Después de una experiencia regulera en Sapa, me temía lo peor de este lugar en el que pasaría los siguientes 4 días.
Sin embargo y a pesar de que estaba localizado a unos 30 minutos largos caminando de donde parecía que fluía un poco más la vida, Ngọc Tùng Hotel fue todo un acierto. La habitación era enorme, con dos camas gigantes, un gran escritorio y un baño limpísimo, algo que en Vietnam no era tan habitual. Además, cada día la familia me iba pareciendo más maja.
Justo enfrente, además, había otro hotel con varios restaurantes en su interior (indio, vietnamita y malayo) que me salvaría algún que otro desayuno y cena. Aparte de eso, no había mucho más en este barrio. Creo que no he visto en mi vida más alojamientos juntos. En las calles adyacentes, prácticamente estos estaban en hilera, salpicados, de vez en cuando, por una casa de masajes. El caso es que la afluencia de visitantes, al menos en aquellos días, era nula.

El tour en barco por la Bahía de Ha Long, lo más popular
Ha Long es una ciudad que podría pasar sin pena ni gloria si no fuera por su flamante bahía, inscrita como Patrimonio Mundial de la Unesco. En esta bahía, se dice, habitan cerca de 2000 islas e islotes de piedra que embellecen el paisaje. Así que la actividad más popular en Ha Long es embarcarse en un crucero por la bahía que puede ser de uno o más días. Supongo que tiene que ser espectacular amanecer en el barco y verte en medio de semejante lugar.
El caso es que al final optamos por un crucero de un día que no solo incluía el paseo por la bahía para admirar los islotes, sino también la entrada a una cueva, una ruta en kayak y una parada en una playa bonita para tomar un poco el sol. El crucero en un barco normal costaba unos 30 euros con almuerzo incluido. Pero algo pasó con las plazas y al final decidieron meternos en un crucero de primera clase con buffet libre y restaurante con tapicería elegante estilo Titanic. El barco tenía también una zona de tumbonas en el techo y un jacuzzi, así que ¡a disfrutar de la suerte!
La cueva que visitamos no me pareció la gran cosa, aunque sí me gustaron las vistas. La isla Tip Top, donde paramos a tomar el sol, sí era bonita.

Qué hacer en la bahía Ha Long aparte del crucero
La otra gran atracción de la bahía de Ha Long es explorar la isla de Cat Ba. Aunque por problemas de tiempo, al final no incluí esto en mis planes, aunque sí lo siguiente:
Playa de Ha Long
La otra gran suerte en mi estancia en Ha Long fue el tiempazo que hizo, lo que fue una verdadera fortuna teniendo en cuenta que era la época de lluvias. En Ha Long hay una playa con mucho potencial, con palmeras y algún que otro chiringuito, aunque con poco o ningún ambiente. Supongo que en unos años, esto habrá cambiado, a juzgar por la infinidad de apartamentos que estaban construyendo en las inmediaciones.

Mercado Nocturno
En la zona de la playa hay un mercado nocturno cubierto interesante en el que puedes comprar algún souvenir si es que a estas alturas de viaje aún no has adquirido ninguno.
Mercado Bai Chay
Un mercado diurno más tradicional que el anterior. Indicado para la compra de productos frescos y también con algunos puestos para comer un almuerzo típico vietnamita. Situado en el corazón de la ciudad.
Comer ostras
Hay muchos lugares donde comer ostras y otros productos de mar en Ha Long, pero me gustó especialmente una calle que hay justo al lado del parque de atracciones y está llena de marisquerías. Aquí puedes probar las icónicas ostras en todas sus variedades: al vapor, con verduras, con queso, etc., por solo 30.000 dong (1 euro) por unidad. Hay mucho más por comer, como los pasteles de calamar, gambas, pescados ahumados… No obstante, me pareció que con tanta salsa de soja y condimentos varios se pierde bastante el “sabor a mar”.
Ni que decir tengo que con las ostras y otros productos crudos hay que tener mucho cuidado. Nada grave, pero en Ha Long fue donde experimenté mi primer malestar estomacal del viaje.