Un viaje inolvidable a la caótica y bella Estambul

Qué ver en Estambul

Las circunstancias de la vida me llevaron a pasar el reciente San Valentín en Estambul. Fueron cuatro días de cielo gris, algo de lluvia, té turco, narguile, mezquitas y mucha, mucha historia. Como datos básicos y para introducir la ciudad más grande de Turquía y antes de pasar a ver Estambul, hay que hacer referencia a su pasado como capital de tres imperios: Imperio Romano, Imperio Bizantino e Imperio Otomano. No quiero dar mucho el tostón porque tampoco soy una erudita en el tema pero es imprescindible mencionar que se llamó Constantinopla hasta mediados del siglo XV, concretamente hasta 1453, cuando cayó en manos de los otomanos.

Un último dato: en 1923 se establece la República de Turquía (tal y como la conocemos hoy en día) por Atatürk. Quedaos con este nombre porque es considerado el padre de Turquía. El aeropuerto principal de Estambul se llama así y en la ciudad encontraréis numerosas referencias a su persona. De hecho, creo haberlo visto hasta en anuncios de Vodafone, aunque igual fueron imaginaciones mías. Pero vamos, Atatürk hasta en la sopa.

Dicho esto, vayamos por partes y con información de utilidad sobre aeropuertos y transportes para moveros por esta inmensa urbe de más de 15 millones de habitantes.

Cómo ir del aeropuerto hasta el centro Estambul

 

Estambul tiene dos aeropuertos. El más importante y al que llegan la gran mayoría de los vuelos es Atatürk (por ejemplo, Turkish Airlines aterriza ahí); el otro, más pequeño y alejado se llama Sabiha Gokcen (si voláis con Pegasus, llegaréis ahí).

Para ir al centro de Estambul desde el aeropuerto de Atatürk y viceversa, tenéis tres opciones:

Metro. La estación se llama Havalimani y podéis coger esa línea directa o bien hasta Zeytinburnu o hasta Aksaray, que es final de línea. Si observáis el plano de transportes en Internet, parece que todas las líneas son de metro, pero no, ya que están intercaladas con las de tranvía. Entonces, por ejemplo si vuestro alojamiento está en la zona de Sultanahmet (donde está Santa Sofía y la Mezquita Azul), lo mejor es que os paréis en Zeytinburnu y enlacéis con el tranvía (T1) hasta vuestra parada. El precio es de 4 liras (1 euro es aproximadamente 2,80 TL) por transporte, es decir, que como tenéis que coger metro+tranvía serian 8 TL. El metro abre a las 6.00 am.

Bus. Existe una línea de autobuses llamada HAVATAS que cubre el trayecto desde ambos aeropuertos hasta la plaza Taksim y alguna otra parada. Los buses tienen una frecuencia de 30 minutos y el precio es 9 TL. En el enlace vienen los horarios.

Taxi. No recomendado, según las fuentes consultadas, pues el precio puede ascender a 15-20 euros.

Para ir al centro de Estambul desde el aeropuerto de Sabiha Gokcen (situado en la parte asiática de Estambul) y viceversa, tenéis dos opciones.

Bus. La compañía HAVATAS afortunadamente también opera para este aeropuerto. Entre otros lugares, lo podéis coger en la plaza Taksim o en Kadiköy, en una parada muy próxima al puerto. El precio es 9 TL.- Taxi. De nuevo, nada recomendable, ya que este aeropuerto está bastante lejos del city centre y el viaje no va a resultar nada económico.

Cómo moverse en Estambul

Una de mis grandes incertidumbres a la hora de preparar el viaje a la ciudad turca era entender la división de zonas y, por supuesto, cómo moverme por ellas. Como mencioné anteriormente, a partir de las paradas de AksarayZeytinburnu (en las que podéis enlazar el metro con el tranvía) llegáis  hasta el denominado Sultanahmet y otras paradas en las que se aloja la mayoría de los turistas que prefiere dormir en una zona más céntrica como Sirkeci, Eminönu, Gülhane o Bezayit. Yo me alojé en Sirkeci y, aunque del hotel no puedo hablar maravillas, lo cierto es que no pude elegir mejor el área, ya que estaba llena de puestos de comida, restaurantes y a 10 minutos andando de Sultanahmet.

Además, también conviene tener próximo EMINÖNU, pues desde aquí parten los ferrys hacia otras partes de Estambul. Por ejemplo, para ir al barrio de BEYOGLU (en el que se encuentran puntos de interés como la plaza Taksim o la Torre Gálata), se puede ir fácilmente paseando desde Eminönu a través del Puente del Gálata.

Desde Eminönu también se puede ir a la parte asiática de Estambul, a barrios como ÜSKÜDAR (desde el que divisar la Torre de la Doncella o Kiz Kulesi) o KADIKÖY (yo me alojé en esta zona los últimos días para tener más facilidades a la hora de coger mi vuelo en Sabiha Gokcen). Y, por ejemplo, desde Üsküdar o Kadiköy (ambos en la parte asiática) podéis enlazar en ferry hasta BESIKTAS o KABATAS (ambos puertos relativamente cerca de la plaza Taksim y de otras atracciones turísticas como el Palacio de Atatürk u Ortaköy).

El precio de un viaje en ferry es de 4 TL (igual que el metro y tranvía), tiene servicios frecuentes y el trayecto no supera los 15 minutos. Los Jeton, que así se llaman las fichas para acceder a los transportes, se compran en máquinas situadas próximas a las estaciones de ferry, de tranvía y en el interior del metro.

Lo que no puedes perderte en Estambul

En Estambul estuve cuatro días, tiempo de sobra para visitar lo más emblemático de la ciudad e, incluso, para descubrir rincones un poco menos conocidos. Qué ver en Estambul.

Sultanahmet. Es indiscutible que tu visita turística tiene que arrancar aquí. En primer lugar, observa Santa Sofía, el emblema de Estambul. Fue construida durante el Imperio Bizantino como iglesia y, posteriormente, durante el Imperio Otomano fue transformada en mezquita. Cuando llegó Atatürk al poder, la convirtió en un museo. La entrada cuesta 30 TL. En su interior destacan los enormes medallones con los nombres de los personajes más importantes del Islam.

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Mezquita Azul

Según la opinión generalizada, la Mezquita Azul, levantada en el siglo XVII, es mucho más impresionante. No en vano, es una mezquita real y su visita resulta más interesante porque puede ser una primera aproximación a la religión musulmana, sobre todo para aquellos que nunca han entrado en una mezquita ni han tenido la oportunidad de ver sus ritos. Además, entrar es gratis. Por supuesto, ni que decir tiene que, como en todas las mezquitas, para acceder a su interior hay que quitarse los zapatos y las mujeres deben cubrirse la cabeza y hombros.

Palacio Topkapi. Construido en el siglo XV, se traduce como Palacio de la Puerta de los Cañones y fue residencia de los sultanes hasta el siglo XIX. Lo que más destaca es el Tesoro (joyas de los sultanes, regalos, etc) y el Harén (donde el sultán convivía con sus mujeres).

Cisterna Basílica (Yerebatan Sarnici). La Cisterna Basílica se ubica a escasos metros de Santa Sofía y constituye una visita sorprendente. Se edificó en tiempos del emperador Justiniano con el propósito de abastecer al Gran Palacio. Se trata de un evocador espacio con luz tenue en el que sus más de 300 columnas y el sonido del agua son los protagonistas absolutos. El precio de la entrada, si no recuerdo mal, es de 20 TL.

Gran Bazar (Kapali Carsi). En la parada de tranvía del mismo nombre se encuentra el popular Gran Bazar, uno de los cinco sitios imprescindibles. Es cierto que todo el centro de Estambul está plagado de puestos y mercadillos callejeros y quizás por tanta saturación creamos que es ver «más de lo mismo», pero el Gran Bazar es uno de los mercados más impresionantes del mundo. Este mercado cubierto cuenta con alrededor de 4.000 tiendas que venden de todo lo inimaginable. Prepárate para regatear entre lámparas de colores, bolsos de piel, joyas y demás souvenirs de Estambul.

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Mezquita Nueva desde el Puente del
Gálata

Mezquita Nueva (Yeni Camii). Me enamoró esta mezquita a pesar de que mi inseparable guía de viajes comentase que solo tiene «cierto encanto». Situada frente al Puente del Gálata y próximo al Bazar de las Especias, esta mezquita es impresionante tanto por dentro como por fuera. Además, como no es tan turística no tienes que esquivar los miles de flashes en su interior y puedes disfrutarla por completo. Desde cualquier ferry, además, se observan bonitas vistas de la mezquita.

Mezquita de Solimán (Süleymaniye). Esta mezquita se ubica en un gigantesco complejo en lo alto de una colina. Así que ármate de paciencia, estira bien y conciénciate de que has de subir unas cuantas cuestas, de que te perderás varias veces y pasearás por calles un poco cochambres que te animarán a abandonar la búsqueda de la mezquita. ¿Dónde está? No sabría decirte, solo empieza a andar desde la Mezquita Nueva hacia el interior y cuando observes que te duelen las piernas de subir cuestas, significa que vas por el buen camino.

Torre Gálata (Galata Kulesi). Desde Eminönu, recorre el Puente del Gálata hasta cruzar a la otra orilla, Beyoglu. Prepara tus piernas porque vienen nuevas cuestas. La Torre Gálata tiene una altura de poco más de 60 metros y, según dicen, su cima arroja una de las mejores vistas de Estambul. Un poco de historia: se construyó como fortaleza y, posteriormente, sirvió de torre de vigilancia contra incendios.

Plaza Taksim. A unos 15 minutos andando de Torre Gálata está la plaza Taksim, corazón del área más moderna de la ciudad. En las inmediaciones hay multitud de restaurantes, hoteles, etc. Honestamente, esta plaza no tiene nada de interés turístico, pues no es ‘bonita’, pero a mí me apetecía conocer el que fuera el epicentro de las protestas de 2013. Igualmente, recuerdo que uno de los sitios que más me apetecía visitar en El Cairo fue la plaza Tahrir, por la misma razón 🙂

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Vista de Kiz Kulesi desde el ferry

Torre de la Doncella (Kiz Kulesi). Desde Eminönu, un día decidimos visitar la parte asiática y cogimos un ferry dirección a Üsküdar. Alguna mezquita y algún mercadillo callejero pero verdaderamente aquí no encontramos el bullicio de la orilla europea. Lo que me gustó mucho fue Kiz Kulesi, una torre situada en un islote frente a la costa de Üsküdar. Sobre esta se extiende una leyenda que, básicamente, se resume en que un sultán confinó a su hija allí para protegerla de un vaticinio que anunciaba que moriría por la mordedura de una serpiente, pero ni siquiera encerrarla en la torre pudo protegerla de su destino.

Mezquita de Ortaköy. Otra recomendación es esta mezquita situada en el muelle de Ortaköy, al norte de Besiktas. Preciosa estampa: la mezquita junto a la orilla en una coqueta plaza flanqueada por diversos cafés y con el Puente del Bósforo, que une la costa europea con la asiática, de fondo.

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Mezquita de Ortaköy

Palacio de Atatürk o Palacio Dolmabahçe. Situado junto al muelle de Besiktas, este palacio sustituyó a Topkapi como residencia de los sultanes a partir del siglo XIX. Una curiosidad: según sostiene mi guía, todos los relojes del palacio marcan las 9.05 horas; ¿por qué? En recuerdo de Atatürk que murió el 10 de noviembre de 1938 a esa misma hora.

Estación de Sirkeci. Como mencioné anteriormente, mi hotel estaba próximo a la parada de tranvía de Sirkeci y, por ende, a esta estación de tren. Su atractivo reside en que aquí finalizaba su trayecto el mítico Orient Express.

Hasta aquí mis recomendaciones de Estambul. Por supuesto, hay muchos lugares más y cosas que hacer, como por ejemplo, probar uno de los tradicionales hammam (como el famoso de Cemberlitas), así como dejarse envolver por la gastronomía turca. Mi próxima entrada irá dedicada a la comida y otras curiosidades en Estambul. ¡Estad atentos!

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