Rincones hermosos del norte de Gales

Pronto se van a cumplir cuatro años desde que decidí iniciar una nueva aventura, la más larga hasta el momento. En 2010, casi recién licenciada y con pocas perspectivas de futuro, opté por la alternativa que me parecía más inteligente: aprender inglés. Para ello, contacté con una agencia de confianza y me embarqué junto a una amiga hacia un pequeño pueblo del norte de Gales: Pwllheli. 

Nos enfrentábamos a ocho meses de convivencia con galeses, ingleses, polacos y otras nacionalidades; un empleo que, aunque al principio nos parecía escaso, pronto comenzaría a acumularse; y, sobre todo, a la batalla diaria contra el inglés, un idioma que tanto se nos resiste a los españoles pero que, ya sabemos, «si no puedes con el enemigo, únete a él».

Además de una gran experiencia y un destino que, pensé, tardaría mucho en repetir (casualidades de la vida: en poco más de seis meses estaba de nuevo allí), me llevo, por supuesto, pequeños GRANDES lugares. Es una lástima que el clima no acompañe porque Gales es realmente una tierra preciosa.

A continuación, imágenes de algunos de los rincones que tuve la oportunidad de visitar y que, de una forma u otra, me robaron el corazón. Porthmadog, Beddgelert, Caernarfon, Nant Gwrtheyrn, Llangollen, Abersoch, Aberdaron o Llanbedrog son solo algunos de ellos.