Como he comentado en varios posts anteriores, en invierno de 2011 hice un tour por Polonia. Cuando decides visitar este país, que no es ni mucho menos un destino altamente atractivo, hay que tener muy claro qué ciudades no olvidar incluir en tu ruta turística. Una de ellas no podía ser otra que Cracovia, la que dicen es la más bonita del país. No sé si por llevar la contraria o por qué, pero lo cierto es que a mí me gustó más Varsovia (la capital).
En este artículo contaré algunas de las leyendas más famosas de Cracovia y dejaré para otro sus monumentos y lugares emblemáticos. No en vano, en 1978 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El bombero de la Torre de ‘Mariacki’
La Basílica de Santa María (Mariacki en polaco) tiene tras de sí una de las leyendas más peculiares. Ubicada en la Plaza del Mercado, todos los viajeros que paseen por aquí podrán escuchar cada hora una melodía desde la torre más alta del templo.
Se llama hejnat mariacki y cuenta la leyenda que durante la invasión tártara el guardián de la torre quiso avisar a la población de que el enemigo se estaba acercando. Súbitamente, cuando tocaba la trompeta para iniciar esta advertencia, una flecha le atravesó la garganta. Así, hoy en día es un bombero el encargado de tocar la trompeta en honor de aquel vigía.
La piedra mágica
Es un hecho que la II Guerra Mundial tuvo efectos devastadores sobre Polonia. No obstante, Cracovia pasó la guerra sin sufrir apenas daños. Este “milagro”, según cuenta la leyenda, es debido a que en la histórica ciudad polaca cayó una de las siete piedras mágicas existentes en el mundo.
Así, Delhi: la Luna; Delfos: Venus; Jerusalén: el Sol; La Meca: Mercurio; Roma: Marte y Velehrad: Saturno. Finalmente, a Cracovia le correspondería Júpiter. De este modo, se dice que tanto Cracovia como los demás lugares son centros de energía sobrenatural y se encuentran protegidos de los desastres (por este motivo, de acuerdo a la leyenda, se salvó de la destrucción de la guerra).
El punto en el que cayó la piedra mágica está en la Colina de Wawel una impresionante fortaleza que alberga la Catedral y el Castillo Real. Concretamente, el centro de energía se sitúa en la esquina noroeste del patio del Castillo, en un lugar no accesible para el turista.
La cueva del dragón
Bajo Wawel se encuentra la cueva del dragón, que es posible visitar. Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo el príncipe Krakus levantó un castillo en ese mismo lugar atraído por la belleza del paraje. No obstante, no se había percatado de que en las inmediaciones había un dragón que atemorizaba al ganado y a las doncellas.
El dragón |
De este modo, se le ocurrió una idea para acabar con esta bestia, por lo que embadurnó con azufre a una de las ovejas. Así logró el príncipe su objetivo, pues cuando el dragón se tragó la piel del tierno animal su estómago comenzó a arder y tuvo que lanzarse al río rápidamente para apagar las llamas. Entonces, estalló el dragón, dando lugar a fuegos artificiales.
Actualmente, es posible ver la estatua levantada en su recuerdo cómo cada poco tiempo echa fuego por su boca.