Parque Nacional Hell’s Gate: un safari en bicicleta cerca de Nairobi

Hell's Gate, un lugar donde hacer un safari en bicicleta cerca de Nairobi

Después de tres meses de aquí para allá en Tanzania, decidí que en Kenia no me movería mucho de Nairobi. Entonces, básicamente, de lunes a viernes me dedicaba a trabajar y a explorar la capital keniana y los fines de semana los aprovechaba para hacer excursiones de un día. Entre los day trips más top está el Parque Nacional Hells’s Gate. ¿Qué tiene de especial? Pues básicamente que es un lugar donde puedes hacer un safari en bicicleta no lejos de Nairobi.

Este parque está a algo más de 100 km de Nairobi, aunque en realidad tardarás unas 3 horas en llegar. Está justo al lado del Lago Naivasha, cuya visita puedes combinar en el mismo día. De hecho, muchos paquetes turísticos ofertan este tour combinado.

Que te propongan un safari en bicicleta por un lugar denominado Puerta del Infierno da un poco de yuyu. Especialmente si tu dominio de la bici es bastante limitado como era mi caso. ¿Me comerá un león? ¿Me perseguirá un ñu?

Obviamente y dada las especiales circunstancias de este safari con 0 medidas de seguridad, lo primero que tienes que saber es que no hay animales carnívoros entre sus habitantes. Este detalle, sin duda, te deja un poco más tranquila, claro. Lo que sí puedes encontrarte en Hell’s Gate son cebras, antílopes, gacelas, jirafas, babuinos y búfalos. Precisamente con estos últimos son con los que había que tener un poco más de cuidado. A pesar de ser hervíboros, los búfalos pertenecen al selecto grupo de los Big Five y te la pueden liar bien parda.

Cebras en Hell`s Gate

Llegada a Hell`s Gate y reparto de bicicletas para el safari

Buscando opiniones sobre este safari en bicicleta cerca de Nairobi leí en varias ocasiones que las bicis estaban hechas polvo. Recomendaban encarecidamente revisarlas antes de ponerse en marcha, pues el terreno no es precisamente llano ni liso en el Parque Nacional de Hell`s Gate. Lo último que quieres es que a las dificultades del asfalto se sume que la bicicleta va a tirones.

Yo iba con mi guía desde Nairobi y nos juntaron con otro grupo más y el guía del lugar. Hay que pagar varias cosas en este parque. Por un lado, la entrada, que son unos 26 dólares. Por otro, el alquiler de la bicicleta, a no ser que hayas traído la tuya propia. También, debes pagar el guía que va contigo.

No recuerdo muy bien, pero entre ida y vuelta, el recorrido puede alargarse unas 3-4 horas, así que conviene llevarse agua y algún snack. También, por supuesto, gafas de sol y crema solar porque el sol calienta mucho durante la travesía y no hay ninguna sombra.

Bicicletas para elegir

Así es el recorrido en bici

La primera parte del recorrido en bicicleta comienza tranquila y emocionante. No tardan en aparecer los primeros animalitos, como cebras y antílopes. Además, todavía no estás cansada, así que pedaleas gustosa como si estuvieras en Verano Azul. Enseguida llega la primera parada técnica para que el guía explique algunos datos clave del lugar. Por ejemplo, que los animadores de El Rey León se inspiraron en este parque para dar vida a algunas escenas de la película. Por lo visto, la idea de la roca en la que se presenta a Simba salió de aquí.

Entonces, llegan las primeras fotos y las primeras piedrecitas en el asfalto. 🥴

Las praderas verdes son una constante durante todo el recorrido. No hay muchíiiisimos animales, pero sí los suficientes como para que el paseo resulte entretenido, especialmente cuando el sol comienza a apretar y aparecen las primeras pendientes. En Hell’s Gate hay también jirafas, mi animal favorito del safari, así que me di por supersatisfecha.

No hay prisa y, por eso, paramos las veces que haga falta. No obstante, el guía nos advierte que hay un búfalo que nos observa desde lejos y lo mejor es que nos vayamos de ahí. Estos animales no son muy amigables y algún turista ha tenido un susto en alguna ocasión, así que debemos alejarnos y, sobre todo, no bajar de la bici si hay búfalos cerca.

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La última parte de la travesía se realiza a pie para aproximarnos a un cañón donde, por lo visto, hay aguas termales. Entonces, aparcamos la bicicleta en un área donde hay puestos de artesanía y de comida. No nos aconsejan para nada inspeccionar las entrañas del cañón (solo podemos avistarlo desde arriba) y mucho menos en época de lluvias donde puede ser peligroso por las inundaciones repentinas. ¡Una pena porque se ve increíble!

Y, por cierto, si os estáis preguntando qué tal me fue con la bicicleta, he de decir que me caí una vez, pero una caída que no pudo ser más tonta.

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