Lago Naivasha (desde Nairobi): visita el escenario de Memorias de África

Lago Naivasha, donde se grabó Memorias de África

Si te gustó Memorias de África o si simplemente te apetece hacer una excursión de un día desde Nairobi, uno de los destinos predilectos es el Lago Naivasha. Situado junto al Parque Nacional Hell’s Gate (donde puedes hacer un safari en bicicleta), este lago tiene la peculiaridad de que en él se rodaron algunas escenas de la famosa película. Visitar el Lago Naivasha desde Nairobi es bastante fácil. Son bastantes los tours que ofrecen este day trip e, incluso, es posible que haya hasta autobuses que conecten ambos puntos.

Orilla del Lago Naivasha

Aunque mis fotos parezcan decir lo contrario, el Lago Naivasha es un enclave espectacular. Este lugar es el hábitat de una enorme colonia de hipopótamos que puedes divisar fácilmente en un paseo en barca. Eso sí, acercándote con mucho cuidado, aunque eso lo decide tu barquero, que también puede decidir que os acerquéis sin mucho cuidado. Es muy fácil ver pelícanos y otras muchas aves, así como animalillos típicos de safari como las cebras, así que la emoción está servida.

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Al Lago Naivasha llegamos tarde y con mucha hambre, así que lo primero que hicimos fue almorzar. Mi guía eligió una zona en la orilla del lago poblada por chiringuitos y puestos de comida polvorientos con marabús africanos pululando por ahí. Qué quieres que te diga, pero a mí esas estampas decadentes y cochambres me conquistan, así que yo tan feliz.

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Con el estómago lleno, era la hora de dar un paseo en bote por las inmediaciones de Crescent Island, en el propio lago, punto exacto donde se grabaron diferentes secuencias de la película. Como mi guía era el peor guía de toda Kenia, su horrible gestión del tiempo hizo que nos cayese la noche enseguida y apenas pudiera disfrutar del recorrido en barca. Pero además me tocó negociar a mí el precio de dicha barca. Un desastre, vamos.

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Menos mal que la panorámica que me esperaba de Crescent Island era maravillosa y se me olvidó un poco que mi guía era un inútil. Ya en la barca, nos acercamos, en primer lugar, al hábitat de los hipopótamos. Más de una decena de estos monstruitos acuáticos tenían la cabeza sobre la superficie del agua así que se les veía a la perfección.

Con el atardecer ya sobre nosotros, los colores del horizonte conseguían que Crescent Island tuviera un aura casi mágica. Las esbeltas acacias que tanto me gustan y que tan bien encajan en los paisajes de safari se iban fundiendo a negro. Mientras, algún que otro animal se acercaba a la orilla a saludarnos en medio de ese entorno que décadas atrás sirvió de escenario a la mítica Memorias de África.

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