12 cosas que me han sorprendido en mi primera semana de viaje en Tbilisi

Han pasado casi dos años desde que estuve a punto, por primera vez, de viajar a Tbilisi. Por circunstancias (malas, claro), tuve que posponer la idea y dejarlo para más adelante. Este mes de octubre de 2016 parece que se alinearon los planetas y, por fin, pude llevar a cabo el plan. Eso sí, después de tantas ganas, expectativas, tenía miedo de que me defraudara.

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Vista de la fortaleza de Narikala

Tbilisi era un plan más al principio, pero en estos casi dos años se convirtió ya casi en un reto, un must. A eso había que sumar el desconcierto de familia y amigos. ¿A Georgia?, ¿y qué hay allí?, ¿y eso dónde está?, ¿pero a Georgia de Estados Unidos? Tengo que admitir que Georgia no es un país muy popular, pero, no sé, para mí tenía un «algo». Mi tía me decía hace unas semanas: «ay, mira que si te vas a Australia, estarás mucho más lejos, pero lo entendería mejor». Nada. Soy una cabezona y tenía que intentarlo, aunque solo fueran dos días. Y ya llevo 10.

Llegué una noche lluviosa a las 2 a.m. al aeropuerto de Tbilisi. Por fin estoy aquí, pensé. Mi primer contacto fue un taxista jovencillo que me quería timar, pero yo sabía bien los precios del trayecto al hostel. Así que me miró y me dijo: Qué lista. Me senté atrás y me dispuse a ponerme el cinturón de seguridad. Él me dijo que no era necesario, así que le hice caso. Pisó el acelerador y empezó a conducir como loco, a toda pastilla, haciendo mal los adelantamientos, con frenazos. Me recordó a Marruecos.

Llegué al hostel y me dio muy buena impresión. ¡Tanta, parece ser, que he estado una semana! Y menos mal que no más porque desayunar todos los días tortitas no puede ser bueno. Al día siguiente continuaba lloviendo y salí a la calle. Me recordó a Rusia.

Georgia es un país de unos 4 millones de habitantes. En Tbilisi vive aproximadamente un millón. ¿Europa o Asia? Se localiza en el Cáucaso, donde Europa se encuentra con Asia, pero, de hecho, tiene más de Europa que del continente asiático. Hablan georgiano, aunque también ruso, sobre todo la gente mayor. ¿Hace frío? Curiosamente, en Tbilisi la temperatura es muy parecida a la de Madrid. Eso sí, aquí el invierno ha llegado un poco antes, me temo.

En 10 días tengo mucha información en la cabeza, anécdotas mil, historias, etc., pero creo que puedo enumerar 12 cosas que me han sorprendido del way of life georgiano y, en concreto, de Tbilisi. Sí, lo que se llamaría «el choque cultural».

1.- La conducción temeraria de los georgianos

Ya pude hacerme una idea en mi camino desde el aeropuerto hasta el hostel, pero, cuando eres peatón, la cosa es mucho peor. En Tbilisi no se respetan los pasos de peatones en absoluto y el semáforo en verde es relativo. Muchos coches se pararán, sí, pero tendrás que sortear otros tantos que han decidido no cederte el paso. Por la misma regla de tres, si está en rojo o directamente no hay semáforo, puedes lanzarte a la aventura y cruzar. Dicen que hay que establecer un contacto directo con los ojos del conductor y este te cederá amablemente el paso. Yo, por si acaso, voy con mi seguro médico a todas partes.

2.- Pasos subterráneos con tiendas

Sobre todo en el centro, las carreteras se cruzan por pasos subterráneos en los que hay tiendecitas de comida, puestos de fruta, de ropa, souvenirs, etc. Esto me recordó mucho a Rusia.

3.- Las farmacias no solo venden medicinas

Sino también refrescos, juguetes, medias y ¡hasta libros! Muy bien, diversificando el negocio.

4.- La carta de un restaurante incluye también las marcas de tabaco que vende

Y es que sí, en Georgia se puede fumar en los bares.

5.- La comida típica georgiana no está diseñada para viajeros solitarios

Al viajar a Tbilisi, te das cuenta de que es imposible terminarse cualquiera de los platos por uno mismo. Por ejemplo, este khachapuri (uno de los platos más populares) es el más pequeño de cuatro tamaños y, aun así, resulta enoooorme.

El khachapuri Adjaruli es uno de los platos por excelencia de Georgia
Khachapuri

6.- Es muy frecuente pagar el alquiler en dólares

No son listos ni na los dueños. De hecho, no solo hay mil casas de cambio por metro cuadrado, sino que el cajero te permite sacar dólares.

7.- En muchos restaurantes, mientras estás cenando hay música en directo

Y también danzas tradicionales. Es más, puedes aparcar la cena y sacar a tu pareja a la pista, echar un baile y volver a la mesa.

8.- En el metro eso de «antes de entrar, dejen salir» no lo han oído nunca

Como no te des prisa, una avalancha de gente te sepulta de nuevo en el interior del vagón y te aguantas hasta la próxima parada.

9.- Los baños de aguas termales

Tbilisi significa «agua caliente» y tiene fuentes de aguas sulfurosas. Los baños son muy parecidos a los hammams marroquíes y también puedes pedir que una persona te enjabone y te exfolie.

Los baños termales de Tbilisi suponen una experiencia muy auténtica
Abanotubani o los baños de aguas termales

10.- Georgia ocupa el puesto número 3 en el ranking de países más seguros del mundo

A pesar  de que hay algunos barrios escasamente iluminados o no muy transitados que pueden dar un poco de yuyu, las estadísticas están ahí. Viajar a Tbilisi es, por tanto, bastante seguro.

11.- Pasear por el centro de Tbilisi y toparte con una cascada

Pasear por el centro de Tbilisi, caminar por un sendero y sentirte en medio del bosque, con cascada incluida, es algo que no te esperas.

El centro de Tbilisi está lleno de sorpresas en cada rincón
Uno de los sitios más bonitos de Tbilisi

12.- Tbilisi no un destino turístico ‘top’ en Europa

Y eso que me parece una ciudad preciosa, con mucho encanto. ¡Yo no puedo parar de recomendar a mis amigos viajar a Tbilisi!

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