¿A quién no le encanta comer? De hecho, ¿a quién no le encanta viajar y comer? Considero que la parte gastronómica es muy importante en cualquier viaje, si bien ¡no todos los destinos son aptos para cualquier estómago! Todavía recuerdo la gastroenteritis que me dejó postrada en la cama durante una semana en Potosí (Bolivia) por comer una gelatina con nata callejera que tenía muy buena pinta, la tortilla de patata más rara del universo (ver foto principal) o la peor pizza de mi vida, que comí en Aktau (Kazajistán). ¡Con lo difícil que es que una pizza salga mala! Pero también he probado 12 comidas del mundo que han sido un descubrimiento.
Muchas de ellas no las he podido volver a comer, así que han quedado en mis recuerdos viajeros. Sin más dilación, ¡vamos a hacer un paseo por la gastronomía del mundo! Eso sí, dejando claro que nuestro queso, nuestro jamón, nuestras croquetas y nuestra tortilla de patata siempre dejan el listón muy alto.
Comidas del mundo ricas ricas
Desde Georgia a Colombia, Suiza, Azerbaiyán, Kenia o Uzbekistán. La vuelta al mundo en una decena de platos.
1. Adjaruli Khachapuri (Georgia)
Mi comida del mundo favorita que, por suerte, sigo comiendo cada vez que tengo ocasión es al Adjaruli Khachapuri. Se trata de un pan horneado, crujiente y blandito (¡en su punto!) con forma de barca que se rellena con mantequilla, queso georgiano y huevo. Se come partiendo trocitos de pan de los bordes y mojando en el centro. ¡No puede estar más rico! Creo que es el alimento que más he fotografiado en mis años de viajera. En Madrid, lo puedes comer en el restaurante Kinza.
2. Ceviche de camarones (Colombia)
Aunque no soy especialmente fan de la comida colombiana, hay varios platos que me flipan. Uno de ellos es el ceviche de camarones, que se hace con gambas, cilantro, cebolla morada y salsa rosada (como dicen ellos). Se acompaña de unas galletitas saladas y cuadradas para que mojes en la salsa. Es fácil de encontrar en la costa Caribe en puestecitos de la calle, pero en Madrid no lo veo por ninguna parte y ¡por eso estoy tan triste!
3. Fondue (Suiza/Francia)
Como amante del queso, la fondue es un plato que me en-can-ta. La he comido en España, en Francia y en Suiza. Es más, estuve hace un año en Ginebra y la pedía para comer y para cenar. Quería probar otras cosas, pero la tentación era demasiada. Básicamente es una fuente con queso derretido en el que mojar pan, salchichas, verduras o ¡el dedo! Qué cosa más buena, mamma mía. En Madrid, me gustó mucho La Fondue de Tell.
4. Manti (Turquía)
Las 5 veces que he estado en Estambul he comprobado que ¡se come divinamente! También que los turcos son muy majos. Hay carne muy rica, kebabs, etc. Pero me llamaron la atención especialmente los manti, sobre todo por la forma en la que los preparan. En muchos restaurantes hay una señora sobre una alfombra liando bolsitas de carne picada. Son como pequeñas bolitas de masa rellenas que luego se aderezan con salsa de yogur.
5. Currywurst (Alemania)
Las currywurst o salchichas con curry son una chorrada inmensa, pero ¿y lo buenas que están? No me atrevería a decir que son típicas de toda Alemania, pues más bien son tradicionales de Berlín. Básicamente son salchichas alemanas (o sea, de las buenas) con una salsa de tomate y curry.
6. Cevapi (Balcanes)
Comí mi primer cevapi en Dubrovnik (Croacia) y lo seguí comiendo en Bosnia la primera vez que estuve en los Balcanes allá por 2015. El cevapi consiste en salchichas de carne picada a la parrilla, pan de pita y algo de ensalada. Otra comida que parece bastante sencilla, pero que es un absoluto manjar.
7. Piti (Azerbaiyán)
Lo del piti fue una cosa extrañísima. Se trata de un plato típico de la ciudad azerí de Sheki, no lejos de la frontera con Georgia. A mí se me asemeja al cocido madrileño, pese a que este no me gusta en absoluto. Y digo que se me asemeja porque es como un caldo con trozos de carne y garbanzos que también se come en dos etapas, como el cocido. ¡Uy pero el piti me gustó muchísimo! La última vez que lo comí fue en 2017 y me encantaría comerlo otra vez. En general, la gastronomía azerí me sorprendió gratamente, todo hay que decirlo.
8. Lipioshka (Uzbekistán-Kirguistán)
La lipioshka es una maravilla de pan que encuentras fácilmente en Uzbekistán y Kirguistán. Aunque no es una comida como tal, la destaco porque a mí me tenía enamorada, ¡sobre todo recién hecha!
9. Arepa con queso (Colombia)
Volvemos a Colombia para rescatar otra de las delicatesen. La arepa con queso es una comida callejera que encuentras en casi cualquier esquina en Medellín. Para terminar, le añaden por encima “lecherita”, que es básicamente leche condensada, así que el contraste dulce-salado es ¡mmmm! En la foto, la arepa no sale muy bien, pero es
10. Moules-frites (Bélgica)
Moules-frites o, lo que es lo mismo, Mejillones con patatas fritas es una combinación ganadora en Bélgica. Este plato tan popular sabe mejor si lo acompañas con una cervecita belga o una copa de vino. No son cosas que no hayas probado nunca, pero ¿y qué más da?
11. Urojo (Tanzania)
Otro plato que nunca hubiera dicho que pudiera gustarme. El urojo es una sopa muy popular en Stone Town (Zanzíbar) a base de pollo, patatas, huevo, verdura y no sé qué leches más. No es nada fotogénica, pero ¡qué descubrimiento! Un 10 para el cocido tanzano.
12. Masala chips (Kenia)
Cerramos la lista con unas patatas muy curiosas que probé en Kenia y Tanzania y que, me imagino, se han inspirado en los sabores de la India. Las masala chips están superespeciadas, pero no pican mucho. Llevan ingredientes como cúrcuma, comino o cilantro y ¡son adictivas!