Visitar Salamanca en un fin de semana

Cada año me hago el mismo propósito: viajar más…por España. Quien me conozca un poco sabrá que el mejor regalo que me pueden hacer es un billete de avión. Sin embargo y aunque me encanta descubrir países cuanto más raros mejor, lo cierto es que tengo a España un poco abandonada. De modo que, en San Valentín, se nos ocurrió a unas amigas y a mí (a falta de churris) visitar Salamanca en un fin de semana, que nos pilla bastante cerquita de Madrid.

Salamanca es conocida sobre todo por su ambiente universitario, algo que se observa a la perfección durante los fines de semana. Aunque quizás esa etapa me queda un poco lejos, ¡todavía estoy en edad de salir! No obstante, lo que no sabía era que esta ciudad también es uno de los destinos favoritos para celebrar las despedidas de soltero. Si algo me ha enseñado este viaje es que, en el futuro, si mi novio/marido me dice que se va a la despedida de soltero de un amigo, me temeré lo peor. Casados, con parejas o con hijos pequeños: nada de esto les importa pues seguro que su máxima es «lo que pasa en Salamanca, se queda en Salamanca».

En fin, a lo que íbamos. Se trata de una ciudad muy concentrada, con un casco histórico muy recogidito para hacer más fácil el tour.

Nosotras nos alojamos en un hostal bastante cutre (aunque para lo que pagamos…) situado al noroeste del centro, a 30 segundos del Paseo Carmelitas. Para no perderse, lo mejor es recurrir a una de las calles más conocidas: calle Zamora, que comienza con la iglesia de San Marcos (también conocida como iglesia redonda) y desemboca en la emblemática Plaza Mayor. Gracias a mis incondicionales guías, descubrí que en uno de los laterales de la misma se halla el Café Novelty, donde teóricamente Torrente Ballester se sentaba a escribir.

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Casa de las Conchas

Si continuamos por la Rúa Mayor llegamos a la famosa Casa de las Conchas, que toma su nombre precisamente por los motivos ornamentales que adornan la fachada. Actualmente acoge una biblioteca. Justo enfrente se sitúan otros dos edificios históricos: la Universidad Pontificia y la iglesia de La Clerecía.

¿Qué podemos decir de la Universidad de Salamanca? Que es, sencillamente, la más antigua de España. Es recomendable, entonces, acercarse al Edificio Histórico de la Universidad de Salamanca, que se encuentra un poco escondido. Es habitual ver cómo frente a él siempre hay gente concentrada con un único objetivo: averiguar en qué parte de la fachada está la rana.

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Catedral vista desde el Huerto

Otra búsqueda parecida hay que efectuar en otro sitio histórico: la Catedral de Salamanca. Esta vez, se trata de encontrar a un astronauta. Su porqué no entraña misterio alguno: en 1992 fue restaurada la Catedral y se talló este peculiar personaje como símbolo de modernidad.

Finalmente, tengo que hacer referencia al denominado Huerto de Calixto y Melibea, situado a poca distancia de la Catedral. El lugar aparece vinculado a la obra literaria ‘La Celestina’ como uno de los posibles escenarios en que se enmarca la historia.

Salir por la noche e ir de tapas en Salamanca

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¿Dónde está la rana?

Mi guía distingue tres zonas de marcha nocturna en esta ciudad castellanoleonesa y quien me conoce sabe que, para mí, lo que mis guías dicen va a misa. Así, hay para elegir la famosa calle Bordadores, los alrededores de la calle San Justo y Gran Vía.

En mi experiencia y aunque fuera viernes (supuestamente el día más flojo para salir), encontré la zona de Bordadores como un cocedero de Erasmus y despedidas de soltero.

Y respecto a…¡¡comer!! tengo que decir que me encantó el ambiente de tapas y de comer barato que hay en Salamanca. No obstante, los entendidos coinciden en señalar los bares de Van Dyck (al norte del centro) como los mejores sitios para tapear. Estoy de acuerdo 😀

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