Hace escasos días volví de mi viaje a El Cairo, la capital de Egipto, una ciudad poblada por más de 12 millones de habitantes. Durante nuestra estancia bromeábamos acerca de qué palabra definiría mejor este lugar. Yo no podía quitar de mi cabeza la palabra cochambre, porque el inmenso Cairo, lo mires por donde lo mires, es suciedad y desorden, es el ejemplo gráfico de lo que es el caos.
Con esto no quiero decir que la capital egipcia decepciona y es desaconsejable, sino lo contrario, hasta en el más profundo caos es posible encontrar la belleza. Eso es El Cairo.
Nuestro alojamiento estaba en el barrio de Doqqui, en la calle Tahrir, punto en el cual todas las mañanas cogíamos un taxi hasta el lugar que tocase visitar ese día. Elegimos comenzar por Cairo Islámico (el trayecto en taxi, no más de 20 libras egipcias [1 euro= 8 libras egipcias, más o menos]).
Khan-Al Khalili |
En este barrio se sitúa el bazar más famoso de la ciudad: Khan- Al Khalili. Adéntrate en cualquiera de las calles, sin rumbo, y pronto no verás otra cosa que no sean puestos de shishas, alfombras, bufandas y demás souvenirs. Es esta una parada imprescindible pero que, quizás, no te apetezca visitar el primer día, pues aún no estarás en ‘modo compras’.
Próximo a Khan- Al Khalili se encuentra la plaza Hussein, cuyo monumento principal es la mezquita del mismo nombre. La mezquita Al-Azhar se alza justo enfrente. Si eres mujer, quieres visitarla por dentro y no llevas el característico velo (lo único necesario para entrar en la mayoría de las mezquitas), en esta te prestarán el típico chador (una prenda que cubre todo el cuerpo excepto la cara) para sentirte como una más. Hay que mencionar que Al-Azhar es la máxima autoridad religiosa de Egipto.
Una actividad curiosa a realizar en Cairo Islámico es asistir a una danza tradicional sufí (un baile en el que básicamente, vestidos de vistosos colores, los derviches giran sobre sí mismos) en el centro cultural Wekalet El Ghouri (precio para extranjeros: 30 libras).
Una calle cualquiera de El Cairo |
El Cairo Antiguo o barrio copto es igualmente recomendable. Si viajas en metro, recuerda bajarte en Mari Girgis. Se trata del núcleo del cristianismo en Egipto. Alberga puntos de interés como las ruinas de la fortaleza de Babilonia, la iglesia colgante y, en general, sus callejuelas estrechas a las cuales se accede a través de una escalera que le transportará casi a otro mundo.
La Ciudadela de Saladino, por su parte, es otro de los lugares imperdibles, una fortaleza que incluye la impresionante mezquita de Mohammed Alí y que ofrece gratas vistas de El Cairo. Dedica un par de horas al menos a recorrer el sitio.
Plaza Tahrir |
Ya que la actualidad informativa manda, una visita curiosa puede ser la archiconocida plaza Tahrir, epicentro de la revuelta egipcia. Se localiza muy cerca del Museo Egipcio, también indispensable.
Pese a la enorme cantidad de piezas de alto valor histórico que contiene (como el Tesoro de Tutankamon), el visitante podrá comprobar cómo, de nuevo, el protagonista absoluto es el caos del lugar. Una pena.
Finalmente, pero, por supuesto, no menos importante, hay que ir a Giza, donde se localizan las ansiadas Pirámides.
Para llegar hasta allí hay varias opciones (taxi o contratar un vehículo para todo el día). Nosotras elegimos lo segundo y por 120 libras tuvimos un coche disponible (con conductor, claro, que conducir por El Cairo puede ser lo último que hagas en tu vida, aunque supongo que peor es ser peatón, por el anecdótico detalle de que no existen semáforos) que nos hizo un recorrido por Giza y Saqqara (donde se encuentra la Pirámide de Zoser y diversas tumbas a las que pudimos acceder).
Pirámides de Giza |
Pero centrémonos en las famosas tres Pirámides (Keops, Kefren, y Micerinos) y la Esfinge. Que no os intenten endiñar un pack fuera del recinto que incluya entrada y paseo en camello por las dunas. La entrada son 60 libras pero, si se quiere visitar la Gran Pirámide (Keops), hay que pagar 100 libras más.
Respecto al alquiler de un camello o caballo una vez dentro, nosotras pagamos 40 libras por un paseo de una hora.
El sitio es especial, aunque, para mi gusto, muy poco virgen, ya que esperaba que me soltaran en mitad del desierto. Y no es así, ya que el recinto está a las puertas del pueblo de Giza, pueden pasar vehículos al interior, etc. A todo esto también hay que sumarle el «acoso» que caracteriza a los egipcios. No puedes dar dos pasos sin que te intenten vender un paseo en camello, te pidan dinero, o quieran una foto contigo.
Obviando estos detalles para mí fue la mejor excursión de mi estancia en El Cairo.
Ese día lo rematé montando en faluca (una embarcación típica) por el Nilo.
Mezquita de Mohammed Alí, en la Ciudadela |
*Otras visitas que recomiendan las guías son la Necrópolis (un cementerio que ha sido ocupado por los más pobres) y la mezquita de Ibn Tulun (la más antigua de El Cairo).