No me acuerdo exactamente por qué se me ocurrió cambiar mi Georgia por América Latina. Probablemente la decisión de empezar una nueva vida en Colombia responda a una razón tan poco romántica como las ganas de bailar reggaeton a todas horas. Sí, que le vamos a hacer, yo también soy de las que se dejan llevar por los estereotipos, pero, en mi caso, por los positivos.
En realidad, Colombia nunca me llamó especialmente la atención, es decir, no más que otros países latinoamericanos. Pero ahora en mi cabeza me imagino un país lleno de color y alegría, donde el baile está por todas partes, con frutas exóticas, mucha naturaleza (y bichos, jo), gente amable y hospitalaria, calor y sol, un ritmo de vida tranquilo… Todo esto me gusta pensar que me voy a encontrar.
Como ya me pasó cuando preparaba la estancia en Georgia, esta vez tampoco he dedicado muchas horas a ver vídeos, posibles rutas, leer blogs, consejos… Lo cierto es que me gusta que me sorprenda el destino. No quiero ver fotos de los lugares, quiero verlos por primera vez en la realidad. Ya tendré tiempo de planear una vez allí.
¿Pensando en empezar una nueva vida en Colombia? ¡Solo sigue estos 5 pasos!
1. Escoge tu centro de operaciones
A mí me gusta viajar lento, sobre todo porque no me voy de vacaciones y tengo que trabajar. Por eso, siempre necesito establecer un centro de operaciones y, desde ahí, irme moviendo. Si te espera una nueva vida en Colombia, ¡necesitas saber dónde vas a vivir, claro!
En mi caso, enseguida me decanté por Cartagena de Indias porque la veía una ciudad muy bonita (de las más cuquis de América Latina, dicen) y ¡porque tiene playa! En mi lista no entraba Bogotá, la capital, de la que no he escuchado grandes maravillas. Por lo visto, el clima no es el mejor y llueve mucho y, además, en el tema movilidad (tráfico y demás) es un caos. Cali podría haber sido otra opción porque es la capital de la salsa (¿he dicho ya que mi idea es bailar a todas horas?), pero hace demasiado calor.
Sin embargo, una conversación inesperada me abrió los ojos y me descubrió un mundo nuevo: Medellín. La «ciudad de la eterna primavera» está desarrollándose a pasos agigantados y suele ser la primera opción para los nómadas digitales. Además, en seguridad ha mejorado mucho. ¡Me convenció totalmente!
2. Ponte las vacunas
Una vez con el destino escogido y antes de comprar el vuelo, llegan nuestras amigas las vacunas. Se trata de mi primer destino tropical, así que andaba un poco perdida. Si eres de Madrid, tan fácil como acceder a Vacunación Internacional y pedir cita. Cuando acudes, tienes que contar cuáles son tus planes de viaje. En mi caso, además de Colombia, añadí Perú y Ecuador, por si acaso. La única vacuna obligatoria es la Fiebre Amarilla (que te la ponen allí mismo y cuesta unos 18 euros) y no por Colombia, sino porque para Perú y Ecuador te la van a exigir. Lo bueno es que es para toda la vida.
Además, me recomendaron la Hepatitis A (gratuita, pero duele un montón el pinchazo) y la Fiebre Tifoidea (unos 8 euros, con receta), enfermedades relacionadas con el agua y alimentos contaminados. La Hepatitis A no la tenían en Vacunación Internacional, pero te la ponen sin problema en tu centro de salud. En cuanto a la Fiebre Tifoidea, son pastillas que se compran en la farmacia. Hay que tomarse 3 en total en días alternos, ayunando 2 horas tanto antes como después.
También te puedes poner (si tienes una madre, como en mi caso, que le encanta mirar vacunas que puedes necesitar) la Meningitis tetravalente (gratuita, pero duele un montón el pinchazo) y la Triple Vírica (gratuita, también desearás que te corten el brazo).
Para que te hagas una idea de fechas, entre la Fiebre Amarilla y la Triple Vírica debe pasar un mes y las pastillas de la Fiebre Tifoidea deben tomarse al menos dos semanas antes del viaje.
3. Compra el vuelo
Cuando tengas claro los tiempos que requieren las vacunas y demás, ¡toca comprar el vuelo! Yo casi siempre uso Skyscanner porque es estupendo cuando tus fechas son flexibles (en otra cosa no, pero flexible en fechas soy). Lo compré con un mes de antelación más o menos y encontré un vuelo directo Madrid-Medellín por poco más de 250 euros. Un triunfo total, yeah.
4. Busca zonas para vivir en Colombia (y piso)
Qué visitar en Medellín y en Colombia es algo que no me preocupa de momento porque ya tendré tiempo de planificarlo cuando llegue. Eso sí, dónde vivir, qué zonas son seguras y cuáles no, sí que es conveniente mirarlo.
Además de para cotillear qué hacen tus amigos y para fardar de vida guay aunque sea mentira, Facebook es muy útil para encontrar grupos de viajeros. Encontré algunos interesantes (Españoles en Medellín, Expats in Colombia o Medellin Short Term Rentals) para preguntar sobre barrios. Me recomendaron ciertas zonas como Laureles, El Poblado (un poco pijo y caro), Sabaneta, Envigado, Belén… Así que ya me iba haciendo una idea.
Poner anuncios en estos grupos o, incluso, usar Couchsurfing para buscar habitación, es la mar de útil. No hace falta que llegues ya con piso y todo porque puedes reservar un hostel para los primeros días y buscar sobre el terreno, pero es recomendable que tengas una ligera idea sobre las zonas.
5. Prepara tu set anti-mosquitos
En Colombia, los mosquitos (zancudos, para ser precisos) parece que son una constante. Yo ya doy por hecho que me van a picar, que me tendré que enfrentar a toda clase de bichos horribles y que voy a tener cagalera los primeros días, pese a las mil vacunas que me he puesto. Sin embargo, hay que protegerse.
En Vacunación Internacional me recomendaron la loción anti-mosquitos Relec Extrafuerte que hay que echarse varias veces al día en las partes del cuerpo descubiertas. Además, avisan de la necesidad de dormir con una mosquitera (siempre, incluso en la ciudad), ya sea en la ventana o de techo. La puedes comprar allí o llevarla de casa, como hago yo, aunque mucho me temo que los adhesivos que trae para la ventana se van a despegar a la mínima y me va a tocar hacerme un saco con ella. Otra opción es dormir con un enchufe anti-mosquitos, pero eso mejor que lo compres allí.
En la Amazonía hay alto riesgo de contraer la malaria, por lo que, si planeas ir, en tu set debes incluir un par de cajas de Malarone (unos 2 euros por caja con receta). El motivo es que no existe vacuna contra la malaria, por lo que son pastillas preventivas que deben tomarse un poco antes, durante y después de la estancia en la selva. La segunda caja actúa de tratamiento, de sentir los síntomas. Parece ser que los efectos secundarios de este medicamento son un poco chufa e incluyen: cansancio, pesadillas y malestar general. ¡Vamos, que te vas durmiendo por las esquinas en pleno Amazonas y ni te enteras de que has pisado una anaconda!😖