Azerbaiyán

Así como 2015 fue un año bastante próspero en cuanto a viajes (probablemente lo fue solo en ese sentido), 2016 comenzó sin ninguna perspectiva. Lo que empezó siendo un plan de 10 días para visitar Montenegro y Albania, al final se convirtió en un viaje de un mes por los Balcanes. Después de conocer Bosnia y Herzegovina y Serbia el pasado mes de octubre (en lo que fue mi primer viaje sola), decidí que podía extender este unas semanas más

Cuando llegamos a Tirana, me di cuenta de que no sabía nada de Albania. Yo, que soy muy de guías, no tenía ninguna de este país, así que tuvimos que recurrir a Internet antes de echarnos a la calle. Albania es un pequeño país de unos 3 millones de habitantes situado entre Montenegro y Grecia y bañado por las aguas del mar Adriático y el mar Jónico. Puede resultar extraño, pero, principalmente, veníamos a Albania buscando sus playas. Habíamos leído

Retomo mi tour por los Balcanes de agosto de 2016 y, en concreto, la etapa de Montenegro. Budva sería el último sitio que visitaríamos de este país antes de cruzar a Albania por carretera. Estaríamos dos días, así que decidimos emplear el segundo a tostarnos al sol en un enclave lleno de glamour como Sveti Stefan. Este pequeño pueblo o resort (no sé muy bien cómo llamarlo) se localiza a un paso de Budva y mi siempre sabia guía lo pintaba

Retomo el viaje por los Balcanes que hice en 2016, con un poquitín de retraso jiji. Tras Albania, cruzamos a Grecia y, en la frontera, pensé que nunca había visto un baño tan sucio. Meses después, tendría que retractarme al ver un baño público (por llamarlo de alguna manera) en Georgia. Ya llegará esa historia. En Tesalónica pasé un par de días y fue una ciudad que no me motivó demasiado. Tenía muchas ganas de llegar hasta Kosovo, pero, para