Este viaje a Viena me lo quería tomar relajado. Quería hacer cosas diferentes, caminar tranquila y comer bien. Los palacios, museos y parques podían esperar. Buscando un plan curioso que hacer con mi hermanito, encontré la Cueva Seegrotte, cerquita de Viena, pero de la que apenas hay información. Tanto es así que hasta que no llegamos a la puerta no estuvimos seguros de que la fuéramos a encontrar abierta.
Qué es la Cueva Seegrotte
Viendo imágenes en Google, la cueva Seegrotte parecía un plan interesante. Aparte de ser una excursión que te permite acceder a las entrañas de una antigua mina de yeso, su interior acoge un lago, que es, por lo visto, el lago subterráneo más grande de Europa. Pero, además, ¡puedes pasear en barca por él!
Al interior de la cueva se accede a través de un pasillo muy estrecho y escasamente iluminado que me recordó a la última vez que había estado en un lugar así: las minas de sal de Potosí. Como aquella vez que tuve prácticamente un tour privado, teníamos al guía en exclusiva para mi hermano y para mí porque no había más turistas. ¡Qué suerte la nuestra! ¡La mina enterita para nosotros! Así que pudimos explayarnos todo lo que quisimos y dar la chapa al guía con nuestras preguntas (sobre todo yo).
Durante la visita, que dura en torno a 1 hora, el guía te va contando algunos datos de interés de esta antigua mina de yeso, como que durante la II Guerra de Mundial se utilizó como refugio y para la fabricación de aviones de combate. De hecho, aún pueden verse algunas piezas de esa época en su interior. Finalizada la guerra, se abrió al público.
En el recorrido, puedes observar diferentes lagos y estancias cuya misión no entiendes muy bien. Por ejemplo, vimos una sala con una especie de chimenea y una lámpara enorme que recuerda a un salón de fiestas, pero es tan tétrico y oscuro que parece que te van a asesinar en cualquier momento.
Pero lo más emocionante llega ¡con el paseo en barco! Es curioso porque en todas las imágenes que ves antes aparece una especie de barco dorado con forma de dragón y piensas que vas a navegar en él. Si has visto la película de Los 3 Mosqueteros, es muy posible que te suene . El trayecto dura muy poquito, apenas unos 15 minutos, pero es muy relajante y bonito gracias al juego de luces y las aguas transparentes sobre las que vas navegando. ¡Mereció del todo la pena la excursión!
Cómo llegar a la cueva Seegrotte desde Viena
Como dije al principio, nos costó un poco de trabajo averiguar cómo llegar a la cueva Seegrotte desde Viena por la poca información que hay en Internet. Incluso, en algunas webs decían que era imposible ir por libre. Pero, ¡qué va!
Es tan fácil como coger un tren cercanías (S-Bahn) hasta Mödling, un pueblito que luego puedes conocer porque el casco es bastante cuqui. Además, tiene algunos restaurantes de cocina tradicional austriaca (te recomiendo Mautwirtshaus). Puedes llegar hasta Mödling desde varias estaciones de Viena, como Wien Mitte (la principal), Meidling, etc., todas ellas con conexión por metro.
Después de unos 30 minutos de viaje, llegas a la estación de tren de Mödling. A la salida verás varias paradas de autobús, pero deberás caminar un par de minutos hasta llegar a la calle principal del pueblo. Puedes coger el bus 264 o 265 para llegar a la cueva. Llegarás en apenas 10 minutos. La entrada a la cueva cuesta unos 17 euros.